miércoles, 25 de marzo de 2009

AREQUIPA DONDE IR: SANTA CATALINA FOTOS DE SU INTERIOR E HISTORIA

SILENCIO
LETANIAS LAURETANAS
LAS DOTES PARA EL NOVICIADO
EL ETERNO CIELO AZUL AREQUIPEÑO, CON LA LUNA Y LAS PAREDES DE SILLAR
El primer centro de recogimiento para mujeres en Arequipa fue establecido por la Orden Dominica. El virrey don Francisco de Toledo, a través de una real cédula emitida el 10 de setiembre de 1579, dispuso la creación del monasterio que estaría avocado a Santa Catalina de Siena y albergaría a solteras, viudas y huérfanas de la aristocracia arequipeña y regional. El deseo era servir al Señor vistiendo hábitos y orando por la salvación de las almas del Purgatorio.
El cabildo civil, se encargó de conseguir el dinero que sirvió para adquirir los solares de los esposos Galleguillos Villegas en 2500 pesos ensayados, 2 solares del encomendero Lucas Martínez Begazo en 1000 pesos y dos medios solares: uno a la indígena María A. Guayro en 200 pesos de plata corriente pagados en una barra ensayada y marcada, y el otro en suma similar a Francisca, indígena natural de Tumbes.
La primera edificación del local la ejecutó el alarife Gaspar Báez a inicios de los ochentas, que fue destruida por el terremoto del 22 de enero de 1582. Los siguientes locales, corrieron la misma suerte con los sismos del 19 de febrero de 1600 cuando explotó el volcán Huaynaputina, 24 d4 noviembre de 1604 y 20 de octubre de 1687. Años más tarde, se construyó el actual monasterio utilizándose patrones arquitectónicos de raíz medieval. Fue concebido con su respectivo templo, locutorios, sala capitular, biblioteca, refectorio, celdas y dormitorios comunes, cocina, panadería, despensas, lavandería, ropería, enfermería, letrinas, además de depósitos, huerta y cementerio. Se agregó una zona similar a un burgo medieval, conformado por angostas calles bautizadas con nombres de ciudades andaluzas como Sevilla, Granada, Córdoba, Málaga, etc.; también contaron con una pequeña plaza adornada con una pileta.
Las religiosas habitaban en una pequeña vivienda conformada por sala comedor y el dormitorio con tarima en nicho abovedado. No faltaba la imagen religiosa de más devoción, algunos cuadros, arcones, petacas, libros, sillas. El pequeño patio, que acompañaba la celda, poseía fogón, horno para pan, batán, ollas de barro, depósito de leña y el dormitorio de la esclava o sirvienta.
El 2 de octubre de 1580, María de Guzmán, Ana Gutiérrez y Ana de Jesús, después de un año de noviciado, profesaron y al día siguiente, luego de una solemne misa, el vicario Abad Usunsolo les concedió el velo negro a las tres primeras monjas de Arequipa, quienes seguirían las normas de la Orden de Santo Domingo, la Regla de San Agustín y tendrían obediencia total al obispo como su máxima autoridad eclesiástica.
Los familiares de las candidatas, abonaban de dote 1000 pesos de plata ensayada y marcada de 450 maravedíes cada peso, más 100 por cada año de noviciado. Las jóvenes postulantes llevaban un ajuar de: dos hábitos con sus respectivos escapularios, una capa, dos túnicas de cañamazo, dos jubones, dos togas, dos pares de chapines, una cuja de madera, un pabellón, dos colchones, cuatro sábanas, dos almohadas, dos frazadas, una colcha, una alfombra pequeña, un cojín, una mesa pequeña, una silla, una caja, un cofre pequeño, una bacinica, un candelero, un banquillo, cuatro pares de botines y diez varas de rúan. Durante el año de noviciado las aspirantes quedaban prohibidas de hablar con sus padres y amistades. Las monjas de velo negro tenían más suerte porque se les permitía hasta seis doncellas mestizas, en cambio, a las de velo blanco se les negaba este cómodo servicio.
Las religiosas se reunían en Capítulo, haciendo tañir la campana, para tratar los asuntos de gobierno y administración de la institución. Solamente tenían voz y voto las monjas de velo negro. Los ingresos que percibía el monasterio para su sostenimiento, provenían de las dotes del noviciado y la profesión. Los piadosos vecinos arequipeños, donaron dinero, objetos y muebles.
El Monasterio de Santa Catalina de Arequipa, fue una pequeña ciudad de mujeres. Las religiosas de velo negro, por lo general fueron vírgenes de la aristocracia arequipeña y regional. Hubieron algunas excepciones como viudas y separadas (de las cuales son pocos los casos que tuvieran alguna negra o zamba a su servicio ) que debido a su relevancia social y al aportar algún dinero extra en su dote, accedían a este nivel; en cambio, las monjas de velo blanco provenían de familias que no contaban con el suficiente dinero para pagar esa tarifa, sino una más baja. Otras mujeres imitaron la vida religiosa, pero nunca pudieron vestir hábito pro carecer de dinero e influencias, ellas fueron las beatas. Finalmente están las destinadas a la servidumbre en calidad de esclavas o libres, integrado por negras, mulatas, criollas, mestizas, cholas e indígenas. Algunas monjas se sometían a grandes sacrificios. Martirizadas por constantes ayunos, látigos, silicios e interminables horas de oración, creían aproximarse a una vida ejemplar a través de la cual, servían la voluntad del Creador. Sor Ana de los Ángeles es la única beata del Sur Peruano reconocida por el Papa Juan Pablo II en 1985; junto a ella, destacan sor Magdalena de la Cuadra, sor Petronila de Sea, sor Magdalena de la Cruz Butrón, sor Juana de Zúñiga y sor Juana de San José y Arias (natural de Oruro). Según la iglesia Católica todas ellas, demostraron tener muchas virtudes similares a las de los santos como visiones místicas y milagros; mientras que otras, entregaron su juventud y acabaron su vida, olvidando errores y pecados.
COMEDOR DE UNA CELDA NOTESE ALFOMBRADO
EL VELATORIO, ALLI SE LES PINTABAN A LAS SUPERIORAS,PUES ERA SIGNO DE VANIDAD HACERLO VIVAS, ESTO CAMBIO EL SIGLO 19
EL CLAUSTRO DE LOS NARANJOS
MUSEO, ALLI SE ENCUENTRAN, ALGUNAS MUESTRAS DE LAS DOTES Y OBJETOS QUE LLEVABAN LAS MONJAS , HAY INCLUSO UN ZURBARAN




LA COCINA

CELDA, DE UNA MONJA DE MENOR RANGO

EL BAÑO

UNO DE LOS LEMAS DEL MONASTERIO EN UN CONTRASTE CON EL CIELO AZUL

BEATA SOR ANA DE LOS ANGELES MONTEAGUDO

PLAZA CON FUENTE

CALLES Y PARTE DEL MONASTERIO DESDE EL TECHO DE UNA DE LAS CELDAS

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